El actual Gobierno griego nada tiene que ver con la situación que se ha encontrado, más bien al contrario, llega al poder a través de las urnas porque el pueblo se cansó de votar a políticos corruptos que, conchabados con personajes que en este momento están formando parte de las altas instancias europeas, así como de la cúpula de algunos Gobiernos, saquearon el país, dilapidaron el dinero público en contra de los intereses de los ciudadanos para beneficiar a las potencias hegemónicas que hoy dominan la troika.
Un ejemplo de ello es la condición del Gobierno alemán en la concesión de crédito en la que imponían recortes en sanidad, educación, pensiones, reducción del salario y número de los funcionarios, pero manteniendo intocable una desmesurada e injustificable partida de gasto militar, una compra de armamento que los griegos no necesitaban y, menos aún, en la situación de emergencia en la que se encontraban. Es decir, les dejaban dinero incrementando la deuda pública, pero tenían que comprarles armas con ese dinero. Así, Grecia tiene en la actualidad más carros de combate que entre Alemania, Francia e Italia juntos, superando con creces las recomendaciones de la OTAN, que ya están bien, que son de un gasto en armamento del 2% del PIB, mientras Grecia llegó a tener un pico, antes del rescate, del 6% impuesto por sus actuales acreedores.
Esta estafa orquestada desde Europa con la colaboración de políticos corruptos y amenazas permanentes si no aceptaban dichas imposiciones y recortes, que han llevado al país a la ruina, advirtiéndoles una y otra vez de lo que les esperaba si no votaban con responsabilidad, es decir, si no perpetuaban ese latrocinio institucional, se ha vuelto contra un pueblo cansado de verse empujado hacia el abismo. Ahora y sólo ahora es cuando el universo se ha conjurado contra el Gobierno griego tachándole de intransigente, radical y soberbio. Antes, Grecia no existía. Mientras vivían sumidos en el latrocinio y la corrupción no suponían problema alguno.
La demonización del verbo “auditar” da una idea de hasta qué punto los acreedores son conscientes de la ilegitimidad de la deuda. También aquí, en España, se hace sinónimo auditoría de “negación del pago”. En efecto, saben que una revisión de cómo se ha producido esa deuda pondría al descubierto esas maniobras torticeras para convertir deuda privada en pública, que sumadas a que en este nuevo Sistema las grandes corporaciones, gracias a la tolerancia de los Gobiernos, eluden su contribución al desarrollo de los pueblos, consintiéndoles, además, que deriven sus beneficios aparaísos fiscales, que son la madre de todos los corderos, descapitalizando y llevando a la ruina a los países que algún día fueron soberanos.
Los Gobiernos, al consentir que las grandes empresas no tributen, se ven obligados a exprimir al máximo a los ciudadanos a través de impuestos directos e indirectos como el IVA, así como sanciones abusivas, desproporcionadas con respecto a los ingresos medios por cualquier estupidez. Sangran al ciudadano para compensar la exención fiscal de los poderosos.
Todos los técnicos, sin excepción, reconocen que las políticas de austeridad han arruinado a los pueblos, a los que se les han aplicado impidiéndoles, de paso, hacer frente a su deuda. Sin embargo, se insiste en continuar por ese camino.
Olvidan los demócratas del Norte que es precisamente la promesa de abandonar esas políticas y sentarse a negociar, como socios, en lugar de aceptar con sumisión cualquier imposición, lo que ha llevado a Syriza al poder y, por tanto, se ve en la obligación de consultar a su pueblo si acepta las nuevas exigencias de la UE.
Se trata de un entramado que requiere de mandatarios dóciles queden la espalda a sus pueblos a los que, de nuevo, como en tiempos pasados, no se les puede conceder espacio para decidir sus destinos porque no están cualificados, ni han alcanzado el grado de responsabilidad suficiente como para entender las necesidades de eso que llaman “los mercados”, cuyos intereses marcan la prioridad absoluta de esta UE de la que nos llamamos socios, aunque esos intereses pasen por condenar al hambre a sus súbditos.
Por otra parte, la falta de reacción de la mayoría de los medios de comunicación, de la televisiones y radios, evidencian el problema que supone la restricción de la libertad de información cuando estos están en manos de las grandes corporaciones y bancos. Somos testigos de lo que supone su pérdida de independencia. Ningún medio ha destacado los resultados de la auditoría de la deuda griega que los expertos han calificado como ilegítima y cuyas exigencias, dicen, atentan contra los derechos humanos.
Sólo unos datos para constatar las consecuencias de esta gran estafa que ha convertido negocios ilegítimos en deuda pública en Grecia: desde 2009 los impuestos han subido más del 300% para las clases mas desfavorecidas, que han visto reducidos sus ingresos en un 82%. Estos impuestos sólo han subido un 10% para los que más tienen. Los salarios han bajado una media del 27%.
Frente a este estado de cosas, donde hasta EEUU está pidiendo una quita de parte de la deuda, se sigue imponiendo a los griegos que incrementen las medidas de austeridad. Les están empujando al abismo y pretenden que lo acepten de buen grado.
La UE no se puede permitir este precedente: dar la razón a un gobernante que no trata a su gente como si fuera ganado incapaz de comprender los complejos vericuetos del pastoreo que se resumen en Si queréis comer, inclinad la testuz.
La evidencia de la situación hace que se simplifique la consigna: estamos, probablemente, ante la última oportunidad de salvar la democracia.
Claves para entender el acuerdo de UE con Grecia
El actual Gobierno griego nada tiene que ver con la situación que se ha encontrado, más bien al contrario, llega al poder a través de las urnas porque el pueblo se cansó de votar a políticos corruptos que, conchabados con personajes que en este momento están formando parte de las altas instancias europeas, así como de la cúpula de algunos Gobiernos, saquearon el país, dilapidaron el dinero público en contra de los intereses de los ciudadanos para beneficiar a las potencias hegemónicas que hoy dominan la troika.
Un ejemplo de ello es la condición del Gobierno alemán en la concesión de crédito en la que imponían recortes en sanidad, educación, pensiones, reducción del salario y número de los funcionarios, pero manteniendo intocable una desmesurada e injustificable partida de gasto militar, una compra de armamento que los griegos no necesitaban y, menos aún, en la situación de emergencia en la que se encontraban. Es decir, les dejaban dinero incrementando la deuda pública, pero tenían que comprarles armas con ese dinero. Así, Grecia tiene en la actualidad más carros de combate que entre Alemania, Francia e Italia juntos, superando con creces las recomendaciones de la OTAN, que ya están bien, que son de un gasto en armamento del 2% del PIB, mientras Grecia llegó a tener un pico, antes del rescate, del 6% impuesto por sus actuales acreedores.
Esta estafa orquestada desde Europa con la colaboración de políticos corruptos y amenazas permanentes si no aceptaban dichas imposiciones y recortes, que han llevado al país a la ruina, advirtiéndoles una y otra vez de lo que les esperaba si no votaban con responsabilidad, es decir, si no perpetuaban ese latrocinio institucional, se ha vuelto contra un pueblo cansado de verse empujado hacia el abismo. Ahora y sólo ahora es cuando el universo se ha conjurado contra el Gobierno griego tachándole de intransigente, radical y soberbio. Antes, Grecia no existía. Mientras vivían sumidos en el latrocinio y la corrupción no suponían problema alguno.
La demonización del verbo “auditar” da una idea de hasta qué punto los acreedores son conscientes de la ilegitimidad de la deuda. También aquí, en España, se hace sinónimo auditoría de “negación del pago”. En efecto, saben que una revisión de cómo se ha producido esa deuda pondría al descubierto esas maniobras torticeras para convertir deuda privada en pública, que sumadas a que en este nuevo Sistema las grandes corporaciones, gracias a la tolerancia de los Gobiernos, eluden su contribución al desarrollo de los pueblos, consintiéndoles, además, que deriven sus beneficios aparaísos fiscales, que son la madre de todos los corderos, descapitalizando y llevando a la ruina a los países que algún día fueron soberanos.
Los Gobiernos, al consentir que las grandes empresas no tributen, se ven obligados a exprimir al máximo a los ciudadanos a través de impuestos directos e indirectos como el IVA, así como sanciones abusivas, desproporcionadas con respecto a los ingresos medios por cualquier estupidez. Sangran al ciudadano para compensar la exención fiscal de los poderosos.
Todos los técnicos, sin excepción, reconocen que las políticas de austeridad han arruinado a los pueblos, a los que se les han aplicado impidiéndoles, de paso, hacer frente a su deuda. Sin embargo, se insiste en continuar por ese camino.
Olvidan los demócratas del Norte que es precisamente la promesa de abandonar esas políticas y sentarse a negociar, como socios, en lugar de aceptar con sumisión cualquier imposición, lo que ha llevado a Syriza al poder y, por tanto, se ve en la obligación de consultar a su pueblo si acepta las nuevas exigencias de la UE.
Se trata de un entramado que requiere de mandatarios dóciles queden la espalda a sus pueblos a los que, de nuevo, como en tiempos pasados, no se les puede conceder espacio para decidir sus destinos porque no están cualificados, ni han alcanzado el grado de responsabilidad suficiente como para entender las necesidades de eso que llaman “los mercados”, cuyos intereses marcan la prioridad absoluta de esta UE de la que nos llamamos socios, aunque esos intereses pasen por condenar al hambre a sus súbditos.
Por otra parte, la falta de reacción de la mayoría de los medios de comunicación, de la televisiones y radios, evidencian el problema que supone la restricción de la libertad de información cuando estos están en manos de las grandes corporaciones y bancos. Somos testigos de lo que supone su pérdida de independencia. Ningún medio ha destacado los resultados de la auditoría de la deuda griega que los expertos han calificado como ilegítima y cuyas exigencias, dicen, atentan contra los derechos humanos.
Sólo unos datos para constatar las consecuencias de esta gran estafa que ha convertido negocios ilegítimos en deuda pública en Grecia: desde 2009 los impuestos han subido más del 300% para las clases mas desfavorecidas, que han visto reducidos sus ingresos en un 82%. Estos impuestos sólo han subido un 10% para los que más tienen. Los salarios han bajado una media del 27%.
Frente a este estado de cosas, donde hasta EEUU está pidiendo una quita de parte de la deuda, se sigue imponiendo a los griegos que incrementen las medidas de austeridad. Les están empujando al abismo y pretenden que lo acepten de buen grado.
La UE no se puede permitir este precedente: dar la razón a un gobernante que no trata a su gente como si fuera ganado incapaz de comprender los complejos vericuetos del pastoreo que se resumen en Si queréis comer, inclinad la testuz.
La evidencia de la situación hace que se simplifique la consigna: estamos, probablemente, ante la última oportunidad de salvar la democracia.
Claves para entender el acuerdo de UE con Grecia
¿Qué es la Troika?
El término “Troika” se refiere originalmente a la palabra rusa con la que se designa a un carruaje tirado por tres caballos, pero también puede utilizarse para describir cualquier tarea realizada de a tres. En el marco de la crisis europea, la Troika engloba a tres instituciones:
- la Comisión Europea (CE)
- el Banco Central Europeo (BCE)
- el Fondo Monetario Internacional (FMI)
Básicamente, la Troika supervisa a los países con graves problemas económicos que reciben préstamos financieros de la UE y el FMI. A pesar de tener una tasa de interés inferior comparados con los del mercado de capitales, estos préstamos no ayudan a que las economías de los países afectados se recuperen.
Si bien hay razones para las dificultades económicas a nivel nacional de esos países – como la corrupción e impuestos extremadamente bajos – que no deberían ser subestimadas, la Troika sólo se concentra en las causas nacionales; sin embargo, los asuntos sistémicos a nivel europeo y mundial son más importantes. Además, los blancos preferidos por la Troika son los sueldos, las horas laborales y los gastos sociales, preservando, una vez más, sólo los intereses de los más adinerados.
Los intereses de los acreedores privados, bancos y otras instituciones financieras también se ven favorecidos al pasar la deuda a manos públicas. De esta forma, ésta se consolida, crece a niveles insostenibles y requiere medidas de austeridad y reformas económicas extremas.
Estas medidas y reformas, las condiciones que los países deben cumplir para continuar recibiendo dinero, se encuentran estipuladas en un tipo de contrato denominado Memorando de Entendimiento (MdE). La Troika organiza misiones de evaluación en las que visita países con los que tiene un MdE; si determina que el país no ha hecho lo suficiente para recibir el dinero, puede decidir posponer el pago del siguiente tramo. De este modo, la Troika ejerce una gran influencia en las políticas económicas y financieras de los países que están sujetos a ella.
La Troika actuó por primera vez en Grecia en el 2010. Resultó ser que la situación económica y financiera de Grecia no era tan próspera como se creía y, como resolución final, el país solicitó asistencia financiera a las instituciones internacionales en mayo de 2010. La CE, el BCE y el FMI emprendieron una misión a Atenas y, unos días después, se acordó un paquete financiero junto con el primer MdE. Esto dio inicio a una espiral descendente de reducciones de sueldos y jubilaciones, aumento de impuestos, despidos y privatizaciones: la Troika había tomado cartas en el asunto.
Luego de lo ocurrido en Grecia, otros tres países europeos fueron objeto de escrutinio por parte de la Troika: Irlanda en diciembre de 2010 (abandonando formalmente el programa de la Troika en diciembre), Portugal en mayo de 2011 y Chipre en abril de 2013. España tiene un MdE que sólo incluye condiciones para el sector bancario, pero también se ve forzado a la austeridad por otras medidas. Otros países, como Italia, no están oficialmente bajo el yugo de la Troika, es decir, no cuentan con un MdE, pero también se ven seriamente presionados para sacar adelante reformas y medidas de austeridad.
Fundamentalmente, la Troika garantiza que las personas comunes sean las que paguen por los problemas sistémicos de la economía y los errores cometidos por las instituciones financieras, que son las causas reales de la crisis. Al mismo tiempo, en los últimos años, los legisladores europeos han ido disminuyendo continuamente las normativas y controles de esas instituciones financieras y grandes empresas. ¿Parece ilógico? Claro que sí. No obstante, desde el punto de vista neoliberal, tiene mucho sentido.
Por lo tanto, es importante ver a la Troika y a sus políticas neoliberales no como un asunto aislado, sino como un instrumento en tiempos de una crisis sistémica que encaja en una tendencia general de reformas y medidas neoliberales en toda Europa. Estas medidas y reformas, definidas por el término “gobernanza económica”, cada vez imponen más control neoliberal, lo que favorece a las grandes empresas y a los mercados financieros y pone en peligro los valores democráticos y derechos sociales obtenidos con mucho esfuerzo.
Fuente
¿Qué es el EUROGRUPO?
El EUROGRUPO es una reunión informal que tiene lugar al menos una vez al mes entre los ministros de economía y finanzas de los países de la zona euro. Se compone de los citados ministros, el presidente del EUROGRUPO (elegido por períodos de dos años y medio, actualmente Jeroen Dijsselbloem), el presidente del Banco Central Europeo y el Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Monetarios. Fue creado mediante una decisión del Consejo Europeo en 1997, sin que le fueran asignadas funciones legislativas ni de toma de decisiones. Desde el principio asumió un papel central en la dirección política de la Unión Económica y Monetaria, prueba de ello es su relevancia en cuanto al manejo de la crisis financiera que azota Europa.
Detrás de la creación del EUROGRUPO encontramos dos motivaciones principales: evitar la rigidez y el formalismo de las reuniones del ECOFIN (Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea), y, por otro, es el reflejo del proceso de integración a distinta velocidad existente en el ámbito de la Unión Económica y Monetaria. A este respecto, existen dos grupos de países en el seno de la Unión Europea, los que desean adoptar el euro como moneda o los que ya lo han hecho, y, por su parte, los que rechazan adoptar la moneda única. En este sentido, el EUROGRUPO, como cuerpo distinto y apartado del ECOFIN, se erige como una respuesta de los países del euro ante el resto para evitar ser obstaculizados en el avance hacia la integración.
Su papel asumió una importancia tal que relegó al ECOFIN a un segundo plano. Llegando a ser el que tomaba la última decisión. El EUROGRUPO fue el primer foro europeo que introdujo la figura de un presidente que diera cohesión interna y externa al organismo.
Nota: En la reuniones del EUROGRUPO se debate pero técnicamente no se pueden tomar decisiones vinculantes.
Grexit
Grexit es un neologismo que hace referencia a la posible salida de Grecia de la zona euro para volver a la dracma.Origen El término es un acrónimo que proviene de la palabra compuesta inglesa Greece (Grecia) y exit (salida). Un neologismo similar es spexit, que se refiere a la hipotética salida de España de la Zona Euro, o brexit para una hipotética salida del Reino Unido. El término grexit fue utilizado por primera vez el 6 de febrero de 2012 por Willem Buiter y H. Rahbari Ebrahim, analistas del Citigroup, haciendo referencia a un grupo de trabajo creado por países de la zona euro que se preparaba para hacer frente a la posible salida de Grecia, intentando tomar medidas preventivas y preparar a la zona euro.
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