Páginas

lunes, 25 de noviembre de 2024

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. 25 de noviembre de 2024

Con motivo del #25N Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer las alumnas de Animación a la Lectura han leído poemas con esta temática. 

Podéis escucharlos aquí:


Valiente

Cuando su alma se quebró,

se oyó por fin su voz:

«Cuánto más me desprecies,

más me querré yo.

Cuánto más me niegues,

más me afirmaré yo.

Cuánto más me pegues,

más débil te harás tú,

más fuerte me haré yo»

 María Míguez.


Levantó las cejas

Levantó las cejas

y apartó la sartén del fuego.

Después,

agotada,

se limpió las manos

con el trapo azul de Portugal.

 

Antes de abrir la puerta se persignó

-dejando en su frente un rastro de grasa-.

Cariño,

dijo con una voz quebrada,

casi vacía,

ven a la cocina

que quiero hablar contigo…

 

Cariño rugió mientras le gritaba

que su cerveza no estaba fría

y que si entraba en la cocina,

después olería a pescado.

Le voceó a su hijo que no cambiara la televisión;

y se levantó,

cargando de ciática la grasa de su culo.

 

Al llegar a la cocina

vio el reflejo de un demonio que sonreía

y una mancha de ilusión

en las pestañas de su mujer.

 

Después de decirle

que lo dejaba por otro

y antes de reventarle

                        la cara,… cariño lloró…                   

  Yolanda Saenz de Tejada Vázquez



Hibernar en la estación del miedo

Caminar por los pasillos de puntillas.
Perder la voz, la risa, la elocuencia;
las ganas de pintarte los labios
y desafiar tu mirada frente al espejo.

Temes las puertas sin cerrojo y
su aliento en tu nuca;
los silencios que preceden
a la ira desatada;
sus labios finos y apretados
antes de sentir garras en tus muñecas
mientras susurra:
¿Por qué me haces esto?

Después,
la humillación, el golpe,
el suelo frío en tu mejilla,
la ropa arrancada,
la desnudez del alma,
el llanto agotado en la sequía…

Sueñas con la soledad de tu cama
y tanteas, desde tu ínfima esquina,
para comprobar la tersura
de la sábana al otro lado.
Buscas en un mapa imaginario
el punto más lejano
a sabiendas que, aun ligera de equipaje,
no habrá distancia ni techo seguro.
Entonces,
te haces un ovillo e hibernas.

Sueñas con su caída
es los malditos infiernos.
Despiertas.

No respiras, no sugieres, no opinas.
No paseas, no saludas, no miras.

Y te mueres de frío poco a poco
entre paredes de hielo polar.

  Julia Navas Moreno.


DE RODILLAS


Mi madre me enseñaba a fregar de rodillas

la línea que separaba nuestro suelo del vecino,

recta, marcada, más blanca la madera, que se note

que somos las que mejor fregamos, de rodillas.

Las monjas me enseñaban a rezar de rodillas, a confesar de rodillas

y de rodillas los castigos que sanan, eso decían.

Los hombres querían que fuera de rodillas por sus normas.

De rodillas pidiendo su permiso.

De rodillas en el trabajo, no fueras a perderlo, me avisaban.

De rodillas pidiendo mis derechos.

De rodillas escribiendo en el templo de las palabras.

Siempre creyendo que el mundo era el alto muro de un cementerio.

A nadie puede extrañarle que cuando conseguí

ponerme en pie y mirarlo cara a cara,

no pudiera contener mi alegría

viendo lo alta que yo era en realidad.

 Begoña Abad 



 

 


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario